Siempre
tenemos la espina de aquella rosa clavada, la persona a
la cual la vemos como alguien especial, como la que sus defectos son
las virtudes que la hacen despuntar por encima de las demás personas
y eso; no siempre es bueno.
El
echo viene dado cuando por equivocación intentas sobreponerte al
error de quedarte atrapado en su fuerte campo. La explicación es la
que razonamos: A las personas nos gustan los retos personales, nos
gustan las aventuras complicadas e incluso imposibles de realizar;
pero lo que nos gusta realmente es el poder de creer que podemos
alcanzar, de que llegamos a la meta, hasta que una gran ráfaga nos
impulsa lejos de nuestro objetivo para así volver a pelear por éste.
Esta
teoría la denominamos:
La
atracción y la repulsión del imán
Apuesto,
pues opuesto
“La
atracción y la repulsión del imán es una ley tan visual, básica,
universal y que a los grandes físicos de la historia les costó
varios siglos descubrir el efecto del magnetismo.
No
es para menos, pues la atracción entre dos polos puede ser atractiva
o repulsiva, todo depende de que sean polos opuestos o el mismo
respectivamente. Pues esto es lo que nos pasa en nuestra situación
sentimental.
Sentimos
atracción hacia una persona que nos ofrece el mismo polo que
nosotros le presentamos, la fuerza de repulsión es tan fuerte, que
por mucho que intentes aferrarte no consigues llegar al destino. Al
final, no obstante, si insistes la repulsión se rinde y hace el
intento de flaquear y cambiar el polo para que la fuerza sea
atractiva. Es entonces, solo entonces cuando crees poder alcanzar el
objetivo y cuando este, en tu momento de éxtasis y laureles, que
aprovecha para volver a mantener una distancia prudente para no
juntar dos piezas en una.”
Es posible que muchos no lo entendáis, pero los que si... supongo
que sabréis por donde van los tiros...!"
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada