Esperanzas
" El cielo oscurecía. Poco
a poco se observan más candiles iluminando aquello a lo que cada uno
llama hogar, mientras otros se consumen lentamente. La tormenta
acechaba con fuerzas y la lluvia era detonador de cualquier
sentimiento reprimido. Ahí estaba yo, aguantando la fuerte tempestad
que apenas había empezado, solamente las gotas de agua que
precipitaban con fuerza, eran la causa de mis dudas. No sabía que se
pondría a llover, así que me olvidé el paraguas en casa, no podía
proteger a mi cabeza de refrescar las ideas y eso supuso un intenso
estudio en mi palacio mental. Entonces ahí apareces tu, mis nubes,
el viento que cuando todo aclara éste lo oscurece y entre un puñado
de disyunciones en las sensaciones de reencontrarnos, me doy cuenta
que ya no queda nada más que la esperanza de que se amaine los
senderos de mi vida.
En vez de eso, ahora
solamente sentía conjunciones producidas por una relación absurda
que, cada vez que cerraba los ojos y la lluvia resbalaba por mi cara,
mi testa hacía pensar que todo lo que precipitaba por mi superficie
carnal, no eran más que lágrimas. Y ahí empieza todo, abrir los
ojos y darse cuenta que nada amaina sino al revés; los rayos marcan
la señal con la que los truenos empiezan la sinfonía de la soledad
y esa luz ínfima e efímera no es más que otro motivo para creer en
falsas esperanzas. No porque sean falsas, sino por el echo de tener
esperanzas."
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