El miedo
Todos tenemos pequeños fantasmas que con los ojos
cerrados los vemos. A veces les llamamos sombras, a veces recuerdos,
a veces monstruos... pero siempre los cualificamos como miedo.
Sabemos como reaccionar ante el miedo, pero no sabemos combatirlo,
por eso es muy complicado cuantificarlo.
Cuando tenemos miedo sudamos, nuestros músculos se
tensan para conseguir más fuerza y más rapidez que, juntados con la
sudor que nos refrigera el cuerpo, estamos más preparados para
resistir y reaccionar a la amenaza. Se nos dilatan las pupilas y
vemos en la oscuridad con mayor facilidad que sin estar tensos. Así
pues, cuando nos encontramos con nuestros miedos de cara ¿que
hacemos si el cuerpo está preparado para huir?
La respuesta no la sé con certeza, pues de esta manera
no tendríamos ningún miedo a sabiendas como actuar delante de
ciertos fantasmas. No creo en la posibilidad de un mundo sin miedos,
de combates contra nuestro subconsciente para ahuyentar a los
monstruos, sino, ¿qué sentido tendría la vida si no tenemos o
tememos a nada? No tendría ninguno.
Es tan fácil como saber focalizar tu miedo a cosas
importantes y saber tener miedo a lo que temes a perder. Saber
diferenciar entre posesiones materiales y sentimentales, saber
distinguir que las sentimentales no siempre son posesiones ergo no
las puedes perder, pero aún así temes quedarte sin la presencia de
estas y ahí vendría todo el texto que hice hace unos meses en este
blog, que os dejaré los links un pelín más abajo de Esas cosas
insignificantes llamadas esencias. En cuanto a los bienes
materiales, ¿porqué no combatirlos con fuerza y alma? Si no
fuésemos tan rudos ya haría años que habríamos luchado por
nuestra libertad, sé que no es un bien material, pero sin embargo
dejamos que gente trafique con ésta sin poner impedimento. Somos así
de inútiles que siempre esperamos a que no tengamos nada para poder
ser libres, somos simples, los humanos somos simples, también lo
comentaba en La simplicidad de la mente humana y somos tan
simples que no sabemos pensar por nosotros mismos, que necesitamos
pastores en nuestras vidas para guiar al rebaño. ¿Tanto miedo
tenemos de perdernos en el camino? Si la gracia de todo es perderse,
encontrar nuevos horizontes y crear un pensamiento moral y ético
propio para seguir caminando... pero no, disculpad, nunca nos
atrevemos a pensar. Así de simple.
Al cabo del tiempo, cuando lo hayamos perdido todo,
cuando no tengamos ni la libertad, vamos a luchar para recuperar lo
perdido cuando ahora simplemente haría falta luchar para que no nos
quiten más, pero el miedo nos lo impide.
Cuando
lo perdemos todo, incluso la libertad, solo nos queda la soledad.
Creo haber encontrado una definición correcta del miedo, simple y
precisa: El miedo son los fantasmas
que nos quedan en la soledad, lo más esencial, lo más absurdo, pero
lo que nos hace que nos levantemos y activemos nuestros cerebros.
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