"Tenemos tendencia a buscar explicaciones para las cosas más
infinitas cuando con las más ínfimas, con faenas tenemos
información y dejamos de banda que la relación entre estas es
existente y recíproca.
Cuanto más intentamos encontrar las piezas que nos urgen para
encajar a todas éstas en el puzzle, más difícil es. Es como
desmontar un mueble y volverlo a montar, siempre faltan o sobran
piezas. Esto es un problema que viene determinado por una razón muy
simple: Acumulación de información insignificante en nuestro
cerebro. Un claro ejemplo es la imaginación de un niño con
cualquier objeto, los adultos, al tener más conocimiento (o al menos
eso creemos) perdemos la noción y la belleza de transformar las
cosas dentro de nuestras mentes y, por consecuente, se pierde
originalidad, sentido, invención, trabajo mental y muchas otras
cosas.
Es increíble la de información y conocimientos inútiles que nos
suelen mostrar a lo largo de nuestra vida y nuestra educación.
Supongo que la gente vive cómoda tal y como está, sin preocuparse
de las razones más existenciales y esenciales de la vida, por eso
mismo a veces me pregunto si tardará mucho más tiempo en surgir una
nueva cadena evolutiva en esta especie que nos creemos los amos del
universo. Nos inflan de sandeces y de lo que les interesa, a los que
tienen el control de manipular, que nuestras mentes prioricen.
Muchos, incluido yo en algunas ocasiones, cada vez menos frecuentes;
pensamos que hacer las cosas tal y como están estipuladas tienen más
sentido y nos hará más fácil la vida. El otro día hablando,
hablando, recuerdo hablar con unos clientes y comentar lo de los
niños. Antes, a la edad de la infancia, una escoba podía ser una
herramienta para volar, para subir a caballo e incluso para tocar la
guitarra; con el paso de los años lo vemos como una herramienta más
para la limpieza.
Todas estas cosas que cogemos como patrones y que lo hacemos incluso
sin pensar, es lo que denominamos la simplicidad de la mente humana.
Los seres humanos a la que cogen una metodología de cualquier cosa,
la estipulan de tal manera que siempre tiene que seguir los mismos
patrones; de esta manera cuando algo no encaja con lo que tenemos ya,
de una manera simple y breve, automatizado en nuestro cerebro solemos
tropezarnos en nuestro camino. Un claro ejemplo que me viene en mente
(Ya que lo frecuento) es el subir unas escaleras. Si construyes unas
escaleras con una misma medida tu cerebro capta el patrón para dar
la señal a tus músculos y a tus piernas de la fuerza que tienen que
hacer, de el impulso, el ímpetu y todas esas cosas que parecen
despreciables y que nos hacen subir unas escaleras. Ahora, si las
escaleras tienen un margen suficiente (creo que con dos o tres
escalones sería válido) para que el cerebro capte la información y
la transmita, solo con que el último, o un escalón aleatorio de la
subida situado en el medio del camino; puede hacerte tropezar sin que
te des cuenta si este tiene tan solo unos pocos milímetros de más.
Sabemos que la mente humana es una caja de sorpresas y que no son
solo unos pocos milímetros lo que tenemos para darnos cuenta de lo
que podemos almacenar. Si os dijera datos sobre la capacidad os
engañaría, pero me parece que no llegamos a utilizar ni una tercera
parte de nuestro cerebro para almacenar información. Cada uno se
plantea si quiere tropezarse con algo que este fuera de lo estipulado
o, si por el contrario, prefiere saltarlo, esquivarlo y prestar
atención a las cosas que realmente, te enseñaran a caminar, a vivir
y a crecer"
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