La despedida es el umbral del cielo y la esencia del infierno

dimarts, 19 de febrer del 2013

Sin rayos, sin truenos y sin centellas

Sin rayos, sin truenos y sin centellas


No se si os habéis dado cuenta que las estaciones del año ya no son las mismas de antes. En verano hace un calor asfixiante y en invierno no hace tanto frío. De cuatro estaciones hemos pasado a dos, ya no hay una existencia de transición entre los solsticios; desaparecen los equinoccios y con ellos la belleza del otoño, siempre intentando sobreponerse a los contratiempos que el clima le provoca y la primavera, siempre orgullosa de no tener que pelear para prevalecer de los inconvenientes rotacionales terrestres.

La verdad es que el motivo de esta entrada es otro que el que voy a redactar a continuación, pero como físico, creo conveniente el mero echo de hacer mención a un gran físico: Mikołaj Kopernik . Hoy se cumple 540 años de su nacimiento y con el el cambio de visión del universo, dejando un sistema geocéntrico atrás para instaurar un sistema heliocéntrico y, así, convertirse en el padre de la astronomía moderna.

En fin, era solo un pequeño comentario pero que bien viene dado por la influencia en las estaciones del año.

En fin, lo que yo quería hacer reflexión y provocaros la misma, es el echo de sentir un vacío en mi interior cuando veo el cielo nublado y en pleno invierno empieza a chispear e incluso a llover con ímpetu, pero solamente eso y durante poco rato.

Se echa en falta las tardes de invierno vestidas de gris, de nubarrones eternos y lluvias que nunca acaban, acompañadas por los ensordecedores truenos y luminosos relámpagos que confeccionan los trajes de las plantas con texturas de ráfagas de viento mojado.
¿No sentís un vacío en vuestro interior sin esa sensación invernal? A mi me cuesta olvidarme de este paisaje cuando los pequeños chubascos dejan respirar en el aire el olor a tierra mojada...

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