Que la tierra sea leve
Resquebrajado busca consuelo,
en los bastos campos aún por sembrar.
Las sombras son largas en el final del camino
más las luces han empezado a menguar.
Y en mi estigma pierdo rigidez,
los pistilos hacen perecer mi legado,
desdibujando mi tenue estandarte
arrancando todo de raíz.
La tierra será leve, granulada y fría,
el temblor agitará las piedras del camino
dejando huecas mis alforjas.
Que la arena se adentre en mis zapatos,
que el viento sacuda mi tempestad,
que las huellas queden presentes en las memorias
de este viejo y largo caminar.
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