Atrapado
Tiemblo al oír tu voz,
se me revuelve el estómago solo de pensar
que se aproxima tu andar
por la retaguardia de mi mirar.
No imaginé ni por asomo,
que me abrazaría sin dudar
al perfume que envuelve el viento
cuando hace oscilar tu pelo.
Las noches tan largas contigo son cortas,
recargo el alma y asesino al insomnio;
contagias tu capacidad de calma en tierras de Morfeo,
sin que mi coraza pueda repeler el efecto.
Y aunque no caminemos en el mismo sentido,
seguro que será en la misma dirección,
acompañantes de la senda llamada vida.
Y siempre me quedará marcada
y nadie me podrá robar,
tu sonrisa desbocada en las tardes de otoño.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada