La despedida es el umbral del cielo y la esencia del infierno

dimecres, 14 d’abril del 2021

Sin los amarres para retenerlos

 

Sin los amarres para retenerlos


La mar sigue revuelta,

el astillero sigue repleto de vocablos por conectar

y yo sin los amarres para retenerlos.


Libres, surcan por las feroces olas del saber,

que aunque se emparejen con conjunciones,

siguen vagando sin enlazar la oración.


Y esas acciones tristes por la tempestad,

van soltando lastre sin la necesidad de pensar,

puesto que se juegan mucho más que un sustantivo.


Son, están y parecen inquietas ante el cielo negro,

se atribuyen la responsabilidad de ser complejas

y tiemblan atemorizadas de dormirse en los laureles.


De ellas depende que el trayecto sea eterno o fugaz,

que el sueño inducido por los mecanismos tumultuosos

provoquen un último suspiro en la orilla del mar.


Pero nada, que paradoja más extravagante se presenta.


Algo totalmente insustancial, vacío y repleto de significado,

o simplemente esa acción de salvación y libertad.


Pero ahí siguen, luchando contra viento y marea,

tratando de sobrevivir al paso del tiempo,

¡Ay relativo tiempo que nunca podrán recuperar!


Siguen ahí, esperando la respuesta,

esperando a que pase el temporal,

deshaciendo estaciones y elaborando vendaval,


Espera desesperada que desespera esperanza,

vocablos inconexos que conectan en vocablos…

y yo sin los amarres para detenerlos.

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