Océanos de sangre y desolación
Y sin más, se esfuman las palabras
con el viento que nos lleva,
arrastrando a los cuerpos que viven sin condena,
bajo sospecha de cometer algun crimen.
Y nos persiguen, esperando el error,
para encarcelar nuestra libertad
y maniatarla por las manos y pies,
haciendo absurda toda resisténcia.
Y su represión nunca consigue persuadir,
ni emudecer a nuestras palabras,
que retando el silencio provocado por el dolor,
rompe la calma bajo la llúvia.
Llúvia que llorando muertes nos espera,
nostálgica bajo la sombra de un ciprés,
pluma y papel para dejar escrito lo no escrito,
porqué las frases sabias permanecen en el tiempo.
Haciendo reflexionar a generaciones,
generaciones presas por la ignoráncia
y corruptas por la superficialidad,
de un mundo donde la felicidad es nula.
Y escribir con lápiz es de cobardes,
por eso las ideas sobrevuelan la imaginación,
no hay relación alguna en estas frases,
como tampoco entre las bombas y la paz.
Y todos somos, sin más,
presos de esta condena que nos sumerge la vida,
océanos de sangre y desolación,
de violencia de género, guerras por una razón.
La razón de la sin razón,
del pensamiento apoderado
de una sociedad que solo conoce
el dinero y el dolor.
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